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Crisi i revoltes socials actuals – Curs/seminari

A partir de dilluns comencem un curs/seminari que us presentem aquí per si us pot interessar participar de la manera que considereu més oportuna. Intentarem tuitejar alguna coseta utilitzant l’etiqueta #crisirevoltes .

Crisi i revoltes socials actuals

La crisi global que estem travessant des del 2008 ha donat lloc a protestes, revoltes, mobilitzacions i moviments socials diversos. Aquest curs proposa una aproximació als exemples més significatius de tots ells, analitzant les seves formes d’acció, organització i de pensament, les seves alternatives davant les institucions polítiques i econòmiques, i les seves propostes davant dels problemes actuals. També examinarem les seves repercussions en la construcció col·lectiva de les nostres societats contemporànies.

Introducció, marc general de les anàlisis i aproximacions teòriques

1. (2 juliol) Quina crisi i quines revoltes? Sonia Arribas i Jordi Mir Garcia

2. (3 juliol) L’evolució de la crisi des del 2008 fins a l’actualitat. Francisco Ferrer, del Seminari Taifa

3. (4 juliol) La ciència, la crisi i les revoltes. Salvador López Arnal

Protestes i revoltes múltiples: evolució i reptes davant la crisi

4. (5 juliol) Nous reptes del pensament crític. Christopher Morales i Jordi Mir Garcia

5. (6 juliol) Protestes i mobilitzacions a Europa. La revolució islandesa; Grècia davant la deutecràcia; Gran Bretanya: dels disturbis estivals a les protestes estudiantils. Florencia Fassi i Sonia Arribas

Les protestes del 15-M i els indignats a l’Estat espanyol i Catalunya

6. (9 juliol) Del moviment antiglobalització al moviment dels indignats: balanç, perspectives i reptes. Robert González i  Esther Vivas

7. (10 juliol) Repercussions de l’15-M a la construcció col·lectiva de la nostra societat.Els joves i les  seves noves formes de participació política. Maria Canut, Helena Martínez, Víctor Todó, Hugo Villacampa

8. (11 juliol) Estratègies d’acció no violentes i desobediència civil en els col•lectius del 15-M. Els mitjans de comunicació i el 15-M. El 15-M des d’una perspectiva de gènere. Joseba Fernández i Sandra Ezquerra

Els moviments socials des del 2008 i les seves propostes davant els problemes contemporanis

9. (12 juliol) Moviments socials davant la precarització. Antonio Gómez

10.(13 juliol) El cooperativisme com a alternativa econòmico-social davant la crisis. David Fernàndez (COOP57)

Calendari: del 2 al 13 de juliol del 2012

Horari: de 17.00h a 20.00h

Aula: 20.049 – (Ed. Jaume I) Campus de la Ciutadella

Llengua: Català i castellà

Més informació:

http://www.upf.edu/estiu/cursos/2012/1520-2012/objectius/

centre.moviments [at] upf.edu


Una “dama de hierro” dulcificada

Los que hemos tenido la oportunidad de ver ya la película de Phyllida Lloyd sobre Margaret Tatcher estamos un poco perplejos. No se trata de una cinta sobre su vida ni sobre el personaje histórico, si no una especie de homenaje a la figura envejecida de la que fue Primera Ministra británica entre 1979 y 1990.

Parece que la directora de la cinta ha querido transmitir la imagen de una mujer fuerte, que luchó por gobernar en un mundo de hombres, que no quiso ser una “mujer al uso” y rompió esquemas en un entorno conservador logrando ser la primera líder de un partido aparentemente menos conservador que la propia realidad que representaba. Pero su ambición, las luchas por el poder, el despotismo o la frialdad y determinación que llevaron a la “dama de hierro” a tomar decisiones que costaron la vida a muchas personas, quedan desdibujadas y lejos de ser bien explicadas durante la película.

La imagen de Tatcher que llega al espectador es sobre todo, la de una mujer que sabe tomar decisiones impopulares en momentos difíciles, y que no le tiembla el pulso a la hora de emprender una guerra como la de las Malvinas, a la vez que es capaz de tener actituds tan “humanas” como la de enviar cartas personales a las madres de soldados muertos durante la contienda. Si ésto es real, todavía más cruel se nos antoja el personaje.

Pero en la cinta las Malvinas quedan reducidas a una cuestión patriótica, exenta de intereses y estrategias políticas. En todo momento “Margaret” vela por los intereses del Reino Unido y toma “decisiones difíciles en momentos difíciles” porque es su tarea hacerlo. Todo queda bajo el deber moral de la Primera Ministra con su pueblo, que con los años, entenderá la toma de estas medidas. Un paternalismo extremo, mezclado con cierto autoritarismo despótico y deber patrio, que intenta justificar las políticas llevadas a cabo por el gobierno conservador durante los años del tatcherismo.

El film acaba siendo una especie de “videoclip histórico” donde pasan casi sin darnos cuenta sucesos tan importantes como las huelgas de los mineros, las protestas contra el poll tax, los atentados del IRA, la guerra de las Malvinas o la caída del muro de Berlín. La directora se detiene, incomprensiblemente, en la tierna juventud de Margaret, así como en la vejez extrema de ésta política ya retirada de la vida activa. Demasiados minutos dedicados a una época de su vida muy poco interesante para la Historia, y muy pocos, a la etapa de mayor auge del neoliberalismo, en la que desarrolla sus políticas más influyentes.

En “La dama de hierro” Margaret Tatcher es presentada como una mujer que quiso cambiar el mundo, pero ¿hacia donde?, seguramente hacia muchas de las políticas económicas que hoy nos imponen como únicas salidas a la crisis: los recortes, la austeridad económica o las privatizaciones del sector público. Lo que en su día se llamó “desmantelamiento del Estado del bienestar” y hoy designan como “medidas de ajuste estructural” está de moda. Por eso vemos hoy una película “humanizada” sobre una de las máximas impulsoras de las políticas neoliberales de los años 80. Veremos si con los años no vemos una cinta sobre alguno de los responsables de las actuales políticas económicas de la crisis.

Sin duda, lo mejor de la película, Meryl Streep, una dama de hierro que se merece el Óscar.


Medio millón de británicos dicen no a los recortes

Iñigo Sáenz de Ugarte
Público, 26/03/2011

Carnaval, samba, rastas, cornetas, gaiteros, tambores… Los sindicatos británicos esperaron un año para montar la primera gran movilización en la calle contra la política económica del Gobierno de David Cameron y al final los resultados les dieron la razón.

Cerca de 500.000 personas desfilaron por las calles de Londres en un ambiente festivo y familiar. Desde Embankment, a orillas del Támesis, la manifestación recorrió durante cuatro horas el centro de la ciudad hasta llegar a su destino.

En Hyde Park, se celebró un mitin al que la mayoría de la gente no pudo llegar a tiempo a causa de la asistencia masiva a la marcha.

Por la mañana, John Wills se reía al ver pasar una pancarta en la que una gigantesca Margaret Thatcher dejaba pequeña a la figura de Cameron. “Son los tories de siempre”, decía en una frase que repitieron muchos de los manifestantes. Algunos recordaban las grandes batallas callejeras de los años 80 contra el poll tax que quiso imponer Thatcher.

“La gente está enfurecida”, decía Mary, con el peto de color morado de Unison, el sindicato de los funcionarios, cuya presencia masiva en la concentración resultaba reveladora sobre el colectivo que de forma inmediata más se siente agredido por el espectacular recorte del gasto público aprobado por el Gobierno.

“El Gobierno dice que estamos todos juntos en esto”, comentaba una persona en alusión a uno de los eslóganes más repetidos por Cameron. “Pero sólo se preocupa por los beneficios de los bancos. La gente más pobre es la que se va a ver más perjudicada”.

En el mitin final, el líder laborista, Ed Miliband, utilizó en su discurso la carta segura de los bancos (con estatus de enemigos públicos de la opinión pública), pero también dijo que “necesitamos recortar el déficit”, pero no de forma “tan rápida ni tan profunda” como lo está haciendo el Gobierno.

“El desempleo no es un precio que merezca la pena pagar”, dijo. “La próxima generación no debería ver sacrificadas sus esperanzas en el altar de la reducción dogmática del déficit”.

El público le aplaudió pero sin mucho entusiasmo. Muchos destacaron que los laboristas tenían también responsabilidades sobre el penoso estado de la economía británica, aunque es probable que lo que más les molesta de ellos es que perdieran las últimas elecciones.

El líder de la confederación de sindicatos, Brendan Barber, hizo hincapié sobre todo en la defensa de la sanidad pública. “Con los supuestos ahorros para ganar en eficacia, el NHS (siglas del sistema público de salud) está ya en cuidados intensivos. No les vamos a dejar que destruyan lo que nos ha costado construir durante generaciones”.

El Gobierno ha prometido mantener como mínimo el presupuesto real de la sanidad, pero al mismo tiempo pretende hacerlo más rentable y recortar en unos servicios sanitarios para invertir en otros. Los propios conservadores están preocupados porque la imagen de la sanidad pública puede ser uno de los elementos básicos de la próxima campaña electoral.

La manifestación transcurrió de forma pacífica y sin incidentes. No se puede decir lo mismo de lo que ocurrió en el centro de Londres. Un millar de jóvenes, autodenominados anarquistas, atacaron con piedras y palos las sedes de bancos, hoteles y otras tiendas primero en Oxford Street y luego en la zona de Piccadilly.

Encapuchados, vestidos de negro y con la cara cubierta, la emprendieron con la tienda de ropa Top Shop, al que la campaña UKuncut acusa de evadir impuestos. A partir de entonces, no hubo ningún establecimiento seguro. Los ventanales del hotel Ritz acabaron hechos pedazos.

Lo mismo ocurrió con una sucursal del banco Lloyds, del que la mayoría de las acciones son propiedad del contribuyente. Una sucursal del Santander UK también fue atacada. A primera hora de la noche, la Policía informó de que había ya 75 detenidos y 35 heridos, de ellos cinco agentes.

Los canales de noticias se olvidaron de la manifestación de la mañana y se concentraron en los incidentes. La imagen de la mayor manifestación celebrada en el Reino Unido desde la invasión de Irak en 2003 se vio secuestrada por un millar de violentos.

Fuente:

http://www.publico.es/internacional/368246/medio-millon-de-britanicos-dicen-no-a-los-recortes

Más información:

http://marchforthealternative.org.uk/


El movimiento anti-recortes en el Reino Unido (1)

Continuando con la cuestión de los masivos recortes al gasto público en el Reino Unido, y dado que se está haciendo evidente que se trata de un impulso que involucra a una cantidad de gobiernos norteños cada vez mayor, quisiera dedicar esta entrada a la difusión de la lucha que está llevando a cabo el movimiento anti-recortes en el Reino Unido, y en particular al lugar central que en él ocupa la joven organización UK Uncut. Considero que este grupo constituye un interesante ejemplo a tener en cuenta en países donde los recortes aun no han llegado (o han sido anunciados) con tamaña crudeza. De hecho, UK Uncut ya ha sido señalada como fuente de inspiración por movimientos en los EE.UU. , por nombrar un país cualquiera.

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El Reino Unido como “Big Society”

La coalición que gobierna el Reino Unido desde hace poco más de nueve meses (11/05/2010), conformada por el Partido Conservador y el Partido Liberal Demócrata, y liderada por el primer ministro David Cameron, a la semana de haber asumido el poder, convocaba al conjunto de la ciudadanía a construir una “Big Society”:

“Hoy es el inicio de una profunda y seria agenda de reformas para quitar el poder a los políticos y dárselo a la gente”
“Eso es porque sabemos instintivamente que el Estado es a menudo demasiado inhumano, monolítico y torpe para hacer frente a nuestros más profundos problemas sociales. Sabemos que las mejores ideas surgen desde abajo y no desde arriba. Sabemos que cuando se da a las gentes y a las comunidades más poder sobre sus vidas, más poder para reunirse y trabajar juntos por una vida mejor, suceden cosas grandes.”1

Hoy, menos de un año más tarde, esta idea de la “Big Society” está develando toda su inmensa hipocresía burguesa, sólo comparable a la de otras fórmulas políticas tristemente célebres, como la de “Il Popolo della Libertà”. La propuesta de “quitar el poder a los políticos y dárselo a la gente” ha sido otra vez interpretada neoliberalmente como eliminar los bienes y servicios públicos, controlados por el Estado, para entregárselos como mercancías al gran capital privado.
En efecto, el gobierno británico está recortando, privatizando y alterando de manera radical la seguridad social y los derechos que habían sido conquistados a lo largo del siglo XX. Los anuncios y las concreciones abarcan desde la privatización del sistema sanitario y el aumento desmesurado de las matrículas universitarias hasta la eliminación de subsidios (para la vivienda, por discapacidad, etc.), el cierre masivo de bibliotecas y piscinas públicas, la venta de bosques y la supresión de autobuses en zonas rurales. Como es sabido este tipo de medidas, que en otras partes del mundo el neoliberalismo atribuía a la necesidad de deshacerse de un estado obsoleto y corrupto, en países como el Reino Unido han debido encontrar una nueva “justificación”, a saber, el “imprevisto” déficit ocasionado por las inmensas sumas de dinero público destinadas a rescatar a los bancos de la crisis financiera generada por ellos mismos, pero que nos afecta a todos por igual. Sin embargo, sabemos que no sólo es una gran mentira que todos seamos iguales ante la crisis, sino también que lo seamos ante los recortes al gasto público: la clase social que más los sufrirá es la clase trabajadora, que perderá beneficios, puestos de trabajo y servicios públicos que cuestan relativamente poco al Estado pero que suponen una enorme diferencia en la vida de las franjas de población con menores ingresos.
Frente a esta situación ha empezado a surgir espontáneamente una serie de organizaciones locales, de diverso grado de extensión territorial e integración institucional, que hoy se van consolidando en un importante movimiento anti-recortes, cada vez más numeroso, articulado y combativo. Entre estas organizaciones ocupa un lugar destacado UK Uncut, una formación que irrumpió en el centro de Londres hacia finales de octubre de 2010 con múltiples acciones de protesta en contra de la evasión de impuestos por parte de las empresas más rentables y los individuos más ricos. Este grupo centra ahora sus objetivos en atacar a los bancos y ha liderado hoy la organización de una serie de “tomas” de sucursales de la Barclays, mientras que el sábado que viene será el turno de la RBS/Natwest. Pero estas acciones concretas, el UK Uncut en particular y el movimiento anti-recortes en el Reino Unido en general, serán tema de una próxima entrada a este blog en los próximos días.

Notas: